Homosexualidad
La homosexualidad (del griego antiguo ὁμός, ‘igual’, y del latín sexus, ‘sexo’) es la atracción romántica, atracción sexual o comportamiento sexual entre miembros del mismo sexo. Como orientación sexual, la homosexualidad es un patrón duradero de atracción emocional, romántica y/o sexual hacia personas del mismo sexo. También se refiere al sentido de identidad basado en esas atracciones, los comportamientos relacionados y la pertenencia a una comunidad que comparte esas atracciones. Es difícil estimar de manera fiable el porcentaje de la población homosexual o la proporción de personas que tienen experiencias homosexuales por distintas razones, fundamentalmente debido a que muchos homosexuales no se identifican abiertamente como tales, debido a la homofobia. No hay consenso en la comunidad científica en torno a las causas concretas por las que un individuo desarrolla una orientación sexual heterosexual, bisexual, homosexual o dirigida a terceros sexos o géneros. La ciencia tiende a favorecer modelos biológicos, pero el consenso científico es que no hay un único factor que explique el desarrollo de la orientación sexual. La orientación sexual se determina por una compleja interacción de factores biológicos y ambientales y queda determinada a una edad muy temprana, muy anterior a la pubertad Algunos estudios han mostrado que, en el caso de la homosexualidad masculina, los factores biológicos predominan sobre los ambientales y sociales, pero también han mostrado que esa causalidad es menor en la homosexualidad femenina. No hay evidencia científica de que las experiencias en la infancia del individuo o la crianza de los hijos por los padres influyan en la orientación sexual del individuo. El consenso científico es que la orientación sexual no es algo que una persona pueda elegir voluntariamente, y no hay pruebas de que sea posible cambiar la orientación sexual que cada persona tiene. Las relaciones afectivo-sexuales homosexuales son psicológicamente equivalentes a las heterosexuales, incluida su capacidad de criar hijos en familias homoparentales.
El comportamiento homosexual ha sido observado en cientos de
especies animales,
especialmente en mamíferos y aves. La homosexualidad es una manifestación
normal y natural de la sexualidad humana y no es en sí misma una fuente
de efectos psicológicos negativos. Aunque el término «homosexualidad» no
aparece hasta el siglo XIX, las distintas culturas humanas han
identificado comportamientos homosexuales al menos desde el I milenio a. C., y desde entonces han existido
múltiples actitudes hacia la homosexualidad: ha sido tanto admirada como
condenada como vista con indiferencia. La cultura occidental y cristiana gestada por Europa y extendida a todo el mundo mediante el
proceso de occidentalización, se caracterizó por un fuerte
rechazo de la homosexualidad (homofobia), tanto desde el punto de
vista penal, como médico-psiquiátrico y religioso; desde mediados del siglo XX una creciente movilización y
organización LGBT ha ido conquistando derechos y una progresiva aceptación social de la
homosexualidad y la bisexualidad, a partir de su despenalización y
despatologización.
Terminología
La
palabra homosexualidad fue creada en 1869 por Karl
Maria Kertbeny en
un panfleto anónimo que apoyaba la revocación de las leyes contra la «sodomía» en Prusia. Fue incluida en Psychopathia Sexualis (1886),
un estudio de Richard von Krafft-Ebing acerca de lo que en esa época se consideraba una desviación
sexual. Aunque hoy se emplea de forma generalizada, es oportuno reseñar
que la existencia de la categoría homosexual en sí misma,
aplicada a personas, es objeto de contestación desde diferentes puntos
ideológicos.Ya que algunas corrientes niegan que la orientación sexual de una
persona la defina en modo alguno. La terminación -ismo se considera
a veces como peyorativa, tal como sucede con la
palabra homosexualismo. Este sufijo tiene numerosas definiciones, que van
desde «partidario de...» hasta «enfermedad de...», como en el caso de gigantismo.
Por ello, su uso definiría la idea de que el colectivo homosexual tendiese a la
promoción de sus conductas, o incluso de que la condición homosexual debiera
entenderse como una deficiencia
mental. Al irse
apartando la sociedad de la creencia de que la homosexualidad es una
enfermedad, se fue imponiendo el término homosexualidad, ya que la
terminación -idad únicamente implica «calidad
de...». Hoy, la RAE solo recoge esta última.
Actualmente, el anglicismo gay se refiere a un individuo homosexual masculino; ha venido a sustituir términos castellanos malsonantes u ofensivos (vg. cueco, culero, invertido, marica, maricón, puto, sarasa y sodomita; entre otros). La homosexualidad femenina se llama también lesbianismo o lesbianidad (calidad de lesbiana). Los adjetivos correspondientes son lésbico(s) y lésbica(s). Este término proviene de la isla de Lesbos en Grecia y de la poetisa Safo, a quien sus poemas apasionados, dedicados a sus amigas, y la vida rodeada de otras mujeres le valió la reputación de homosexual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario